Junto a su fiel compañero Diego Capusotto, Néstor Montalbano regresa al cine con Las corredoras, una historia sobre corredoras de autos en los años cincuenta. Una película que no teme mezclar géneros y apropiárselos para dar rienda suelta a la creatividad de uno de los directores argentinos más singulares de las últimas décadas.
En un país con una fuerte tradición cómica y popular como el nuestro, el apellido Montalbano debería tener aún más reconocimiento del que tiene. Ya sea como director, o en su faceta como youtuber, el director de Las corredoras se ha hecho lugar en un circuito que adolece en Argentina y en la cinematografía de todos los países del mundo: aquel donde la comedia no es concebida como un género menor.
Néstor Montalbano, junto a su séquito de leales cómplices, vuelven a la pantalla grande con otra de esas películas que no le temen al ridículo, a lo imposible y lo artificial, tres de los conceptos claves para el, si se permite la hipérbole y la indiscreción, mejor género de la historia de este arte al que conocemos como cine. Pero en Las corredoras, Montalbano es más ambicioso aún e incorpora el melodrama, el western y el terror, sin dejar de lado el humor.
A fines de los años cincuenta, en el apogeo de las carreras de autos y con el nombre Juan Manuel Fangio como estandarte de época, una oficinista con problemas de identidad es enviada al campo del misterioso estanciero Antonovich para la firma de un contrato. Al llegar no es recibida por el dueño del inhóspito campo sino por su esposa y una amiga, dos conductoras de autos de competición. El arribo de Mabel a la propiedad no solo altera el orden del lugar, sino que además revela oscuros secretos que ocultan las dos corredoras.
Montalbano es un autor total y anómalo dentro del cine popular argentino de las últimas décadas. Hay otros, en el terror hay muchos, y ni hablar en esa categoría heterogénea llamada «drama», pero dentro de la comedia nacional es algo difícil de encontrar. Toda su obra se encierra en una tradición y no deja de ser personal, sea una película sobre las invasiones inglesas, una de marcianos o de corredoras de autos. Pero, además de un cinéfilo empedernido, Montalbano es muy inteligente, y sabe rodearse de sus propios agentes del caos: Diego Capusotto, un fiel ladero, y las a veces infravaloradas Alejandra Flechner y Carola Reyna.
Las corredoras es una película que se rehace todo en tiempo en sí misma con la capacidad (y confianza) de un Montalbano que se apropia del cine más solemne para liberarlo dentro y fuera de la pantalla grande.
PD: Es menester recomendar el canal de YouTube de Montalbano. Así como en su cine hace revisionismo histórico gracias a diferentes géneros, en la plataforma de videos retoma la misma práctica pero con archivos de la televisión argentina. Un trabajo descomunal que también demuestra la ambición del director, sus obsesiones y su capacidad como narrador, sea cual sea el medio en que se involucre. Necesitamos pronto AÑO 1996 – ARGENTINA.
Alejandro Tévez