Con motivo de su 25º aniversario, se reestrena Matrix, de las hermanas Wachowski, uno de los éxitos más rotundos de la historia. Una oportunidad de reencontrarse con Neo, Trinity, Morpheus y el agente Smith de la mejor manera posible: en una sala de cine.
Matrix cumple 25 años. Un cuarto de siglo. Mientras intentamos digerir ese dato sin sentirnos tan viejxs, recordemos que aquella película de 1999 fue el segundo largometraje de las hoy hermanas Wachowski luego de otra gran película, pero de perfil significativamente más bajo, llamada Sin límites (Bound, de 1996 pero estrenada en Argentina dos años después) y de haber escrito el guion de Asesinos (Richard Donner, 1996), película de la que proviene el famoso .gif de Antonio Banderas.
Las hermanas Wachowski estuvieron varios años intentando filmar Matrix. El guion de la película tuvo muchísimas versiones, y no había manera: los estudios no la querían. Durante el rodaje de Asesinos, las hermanas le dieron el guion a Joel Silver, productor de aquella película. A Silver le encantó, pero no lo conformaba demasiado la idea de que lo dirigieran ellas, ya que no tenían experiencia. Fue por ello que hicieron Sin límites, que fue muy bien recibida y convenció a Silver de que ellas podían encargarse de semejante empresa. El resto es historia: éxito rotundo, cuatro premios Oscar, montones de imitaciones/parodias, dos secuelas filmadas back-to-back (o sea, al mismo tiempo), cortos animados, videojuegos y una tercera secuela, en 2021, dirigida únicamente por Lana Wachowski. Esto sin contar la espectacular carrera cinematográfica y televisiva de las Wachowski.
¿Y cómo se sostiene Matrix tantos años después? Bueno, digamos que hace añorar aquellos tiempos. Es prácticamente imposible toparse, hoy en día, con un blockbuster de estas características. Matrix es una película compleja e inteligente, que desafía todo el tiempo al espectador, pero, al mismo tiempo, se trata de un relato de tradición estrictamente clásica, endiabladamente entretenido. Y además es de un virtuosismo visual que cuesta encontrar en el cine actual: la película se ve increíble; las Wachowski filman con una precisión envidiable. Todas las secuencias de acción son brillantes, y lo mismo puede decirse de las peleas, coreografiadas por el legendario Yuen Woo-ping, una leyenda del cine de Hong Kong responsable, por ejemplo, de las escenas de acción de El tigre y el dragón de Ang Lee.
Desde la primera secuencia, ya nos damos cuenta de por qué Matrix es una película icónica: las Wachowski lograron crear un universo y una mitología perdurables, con grandes personajes cuyo destino nos importa o, en el caso del agente Smith, que amamos odiar. Y el elenco es un acierto de casting atrás de otro, y una parte importantísima del éxito de la película. No se pierdan de volver a ver (o de ver por primera vez) Matrix en una sala de cine; es realmente una gran experiencia.
Juan Pablo Martínez