En Guerra civil, el inglés Alex Garland -director de Ex Machina y Aniquilación– amplía la escala de sus ambiciones con una distopía que plantea un Estados Unidos dividido en facciones, y un equipo de periodistas que arriesga su vida para cubrir el conflicto por el territorio.
Desde su debut en el festival South by Southwest, Guerra Civil no para de cosechar elogios, y se ha convertido en uno de los más exitosos lanzamientos deA24, que comenzó apadrinando un cine de corte independiente hasta convertirse en una de las casas productoras más potentes de los Estados Unidos.
La película también marca una ampliación de las ambiciones de su director, el inglés Alex Garland. Largamente asociado como guionista a Danny Boyle (escribió la novela en la que se basó La playa y luego los guiones de 28 días después y Sunshine), Garland debutó en la dirección con Ex Machina, una fábula de ciencia ficción sobre los límites de la inteligencia artificial que se beneficiaba de un escenario hermético y muy pocos personajes. Guerra civil parece ser su antónimo: con un profuso elenco que combina rostros consagrados (Kirsten Dunst, Jesse Plemmons, Stephen McKinley) con nuevos talentos como Cailee Spaeny, Garland se hunde en el barro de la contemporaneidad al situar el relato en un futuro apenas distante como para plantear una advertencia.
La protagonista es Lee (Dunst), una avezada fotógrafa de guerra que rescata a Jessie (Spaeny), una aspirante a periodista, de un bombardeo. A partir de entonces, Lee y Jessie emprenderán un peligroso viaje junto a un equipo de periodistas para llegar a Washington D.C. para entrevistar al presidente de los Estados Unidos (Nick Offerman), un líder de carácter autoritario que enfrenta una severísima crisis territorial.
En tiempos de una geopolítica extremadamente convulsa, Alex Garland aborda las tensiones que habitan en una de las principales potencias mundiales sin descuidar el thriller distópico, con un escenario que se va desplegando en la misma medida que los personajes recorren un país en guerra consigo mismo. Si la advertencia funciona, se verá; la única seguridad que podemos tener es la de pasar dos horas muy tensas en manos de Garland y su elenco.
Andrés Brandariz